Feria

julio 9, 2024

Color: Verde

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Oseas 8:4-7, 11-13

    4Ellos nombraron reyes
    sin contar conmigo; nombraron príncipes sin saberlo Yo. Con su plata y su oro se hicieron ídolos para su perdición.
    5Tu becerro, Samaría, ha sido repudiado.
    Mi cólera se ha inflamado contra ellos. ¿Hasta cuándo serán incapaces de inocencia?
    6Porque eso procede de Israel,
    lo fabricó un artífice, y eso no es Dios; por tanto, en virutas se convertirá el becerro de Samaría.
    7Porque los que siembran vientos
    cosecharán tempestades. Brote que no tiene espiga no dará harina, y si acaso la da, extraños se la tragarán.
    11Efraím ha multiplicado los altares
    para expiar su pecado, pero se han convertido en altares para pecar.
    12Aunque les he escrito muchas leyes,
    las tienen por cosa ajena.
    13Me sacrifican holocaustos
    y se comen la carne: pero el Señor no se complace en ellos. Ahora Él va a recordar sus culpas, y a tomarles cuenta de sus pecados: volverán a Egipto.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 115:3-10

    3Nuestro Dios está en los cielos.
    Cuanto le agrada, lo hace.
    4Los ídolos de las naciones son plata y oro,
    hechura de manos humanas.
    5Tienen boca y no hablan,
    tienen ojos y no ven;
    6tienen oídos y no oyen,
    tienen nariz y no huelen;
    7tienen manos y no palpan,
    tienen pies y no andan; no articulan voz con su garganta.
    8Sean como ellos quienes los hacen,
    todos los que en ellos confían.
    9Casa de Israel, confía en el Señor:
    Él es su auxilio y su escudo.
    10Casa de Aarón, confía en el Señor.
    Él es su auxilio y su escudo.

  • Evangelio

    Mateo 9:32-38

    32Nada más irse, le trajeron un endemoniado mudo.
    33Después de expulsar al demonio habló el mudo. Y la multitud se quedó admirada diciendo:
    —Jamás se ha visto cosa igual en Israel.
    34Pero los fariseos decían:
    —Expulsa los demonios por el príncipe de los demonios.
    35Jesús recorría todas las ciudades y aldeas enseñando en sus sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.
    36Al ver a las multitudes se llenó de compasión por ellas, porque estaban maltratadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor.
    37Entonces les dijo a sus discípulos:
    —La mies es mucha, pero los obreros pocos.
    38Rogad, por tanto, al señor de la mies que envíe obreros a su mies.