Lecturas diarias:
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Primera Lectura
I Timoteo 6:13-16
13Te recomiendo en la presencia de Dios que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que ante Poncio Pilato rindió tan solemne testimonio, 14que conserves el mandato sin tacha ni culpa hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo, 15Manifestación que a su debido tiempo hará ostensible el Bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores, 16el único que posee Inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser humano ni le puede ver. A él el honor y el poder por siempre. Amén. -
Salmo Responsorial
Salmo 100:1-5
1Salmo. Para la acción de gracias. ¡Aclamad a Yahveh, toda la tierra, 2servid a Yahveh con alegría, llegaos ante él entre gritos de júbilo! 3Sabed que Yahveh es Dios, él nos ha hecho y suyos somos, su pueblo y el rebaño de su pasto. 4¡Entrad en sus pórticos con acciones de gracias, con alabanzas en sus atrios, dadle gracias, bendecid su nombre! 5Porque es bueno Yahveh, para siempre su amor, por todas las edades su lealtad. -
Evangelio
Lucas 8:4-15
4Habiéndose congregado mucha gente, y viniendo a él de todas las ciudades, dijo en parábola: 5«Salió un sembrador a sembrar su simiente; y al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino, fue pisada, y las aves del cielo se la comieron; 6otra cayó sobre piedra, y después de brotar, se secó, por no tener humedad; 7otra cayó en medio de abrojos, y creciendo con ella los abrojos, la ahogaron. 8Y otra cayó en tierra buena, y creciendo dio fruto centuplicado.» Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga.» 9Le preguntaban sus discípulos qué significaba esta parábola, 10y él dijo: «A vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás sólo en parábolas, para que viendo, no vean y, oyendo, no entiendan. 11«La parábola quiere decir esto: La simiente es la Palabra de Dios. 12Los de a lo largo del camino, son los que han oído; después viene el diablo y se lleva de su corazón la Palabra, no sea que crean y se salven. 13Los de sobre piedra son los que, al oír la Palabra, la reciben con alegría; pero éstos no tienen raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba desisten. 14Lo que cayó entre los abrojos, son los que han oído, pero a lo largo de su caminar son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a madurez. 15Lo que en buena tierra, son los que, después de haber oído, conservan la Palabra con corazón bueno y recto, y dan fruto con perseverancia.
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Primera Lectura
Jeremías 9:22-23
22Así dice Yahveh: No se alabe el sabio por su sabiduría, ni se alabe el valiente por su valentía, ni se alabe el rico por su riqueza; 23mas en esto se alabe quien se alabare: en tener seso y conocerme, por que yo soy Yahveh, que hago merced, derecho y justicia sobre la tierra, porque en eso me complazco - oráculo de Yahveh -. -
Salmo Responsorial
Salmo 15:1-2, 5, 7-8, 11
1Salmo. De David. Yahveh, ¿quién morará en tu tienda?, ¿quién habitará en tu santo monte? 2El que ando sin tacha, y obra la justicia; que dice la verdad de corazón, 5no presta a usura su dinero, ni acepta soborno en daño de inocente. Quien obra así jamás vacilará. -
Evangelio
Mateo 11:25-30
25En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. 26Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. 27Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 28«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. 29Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. 30Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»