Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Eclesiástico 1:1-10
1Toda sabiduría viene del Señor, y con él está por siempre. 2La arena de los mares, las gotas de la lluvia, los días de la eternidad, ¿quién los puede contar? 3La altura del cielo, la anchura de la tierra, la profundidad del abismo, ¿quién los alcanzará? 4Antes de todo estaba creada la Sabiduría, la inteligente prudencia desde la eternidad. 6La raíz de la sabiduría ¿a quién fue revelada?, sus recursos, ¿quién los conoció? 8Sólo uno hay sabio, en extremo temible, el que en su trono está sentado. 9El Señor mismo la creó, la vio y la contó y la derramó sobre todas sus obras, 10en toda carne conforme a su largueza, y se la dispensó a los que le aman. -
Salmo Responsorial
Salmo 93:1-2, 5
1Reina Yahveh, de majestad vestido, Yahveh vestido, ceñido de poder, y el orbe está seguro, no vacila. 2Desde el principio tu trono esta fijado, desde siempre existes tú. 5Son veraces del todo tus dictámenes; la santidad es el ornato de tu Casa, oh Yahveh, por el curso de los días. -
Evangelio
Marcos 9:14-29
14Al llegar donde los discípulos, vio a mucha gente que les rodeaba y a unos escribas que discutían con ellos. 15Toda la gente, al verle, quedó sorprendida y corrieron a saludarle. 16El les preguntó: «¿De qué discutís con ellos?» 17Uno de entre la gente le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo 18y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espurnarajos, rechinar de dientes y le deja rígido. He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido.» 19El les responde: «¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo!» 20Y se lo trajeron. Apenas el espíritu vio a Jesús, agitó violentamente al muchacho y, cayendo en tierra, se revolcaba echando espumarajos. 21Entonces él preguntó a su padre: «¿Cuánto tiempo hace que le viene sucediendo esto?» Le dijo: «Desde niño. 22Y muchas veces le ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él; pero, si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros.» 23Jesús le dijo: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!» 24Al instante, gritó el padre del muchacho: «¡Creo, ayuda a mi poca fe!» 25Viendo Jesús que se agolpaba la gente, increpó al espíritu inmundo, diciéndole: «Espíritu sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él y no entres más en él.» 26Y el espíritu salió dando gritos y agitándole con violencia. El muchacho quedó como muerto, hasta el punto de que muchos decían que había muerto. 27Pero Jesús, tomándole de la mano, le levantó y él se puso en pie. 28Cuando Jesús entró en casa, le preguntaban en privado sus discípulos: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?» 29Les dijo: «Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la oración.»
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Primera Lectura
I Samuel 3:10
10Vino Yahveh, se paró y llamó como las veces anteriores «Samuel, Samuel!» Respondió Samuel: «¡Habla, que tu siervo escucha.» -
Salmo Responsorial
Lucas 1:46-52
46Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor 47y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador 48porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, 49porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre 50y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. 51Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. 52Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. -
Evangelio
Mateo 18:1-5, 10
1En aquel momento se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: «¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos?» 2El llamó a un niño, le puso en medio de ellos 3y dijo: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. 4Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. 5«Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. 10«Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos.