Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Romanos 8:1-11
1Por consiguiente, ninguna condenación pesa ya sobre los que están en Cristo Jesús. 2Porque la ley del espíritu que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado y de la muerte. 3Pues lo que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne, 4a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu. 5Efectivamente, los que viven según la carne, desean lo carnal; mas los que viven según el espíritu, lo espiritual. 6Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida y paz, 7ya que las tendencias de la carne llevan al odio a Dios: no se someten a la ley de Dios, ni siquiera pueden; 8así, los que están en la carne, no pueden agradar a Dios. 9Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece; 10mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia. 11Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros. -
Salmo Responsorial
Salmo 24:1-6
1Salmo. De David. De Yahveh es la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y los que en él habitan; 2que él lo fundó sobre los mares, él lo asentó sobre los ríos. 3¿Quién subirá al monte de Yahveh?, ¿quién podrá estar en su recinto santo? 4El de manos limpias y puro corazón, el que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura. 5El logrará la bendición de Yahveh, la justicia del Dios de su salvación. 6Tal es la raza de los que le buscan, los que van tras tu rostro, oh Dios de Jacob. -
Evangelio
Lucas 13:1-9
1En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. 2Les respondió Jesús: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? 3No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. 4O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? 5No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.» 6Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. 7Dijo entonces al viñador: "Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?" 8Pero él le respondió: "Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, 9por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas."»
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Primera Lectura
II Corintios 5:14-20
14Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron. 15Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 16Así que, en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne. Y si conocimos a Cristo según la carne, ya no le conocemos así. 17Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo. 18Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación. 19Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación. 20Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios! -
Salmo Responsorial
Salmo 16:1-2, 5, 7-8, 11
1media voz. De David. Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio. 2Yo digo a Yahveh: «Tú eres mi Señor. mi bien, nada hay fuera de ti»; 5Yahveh, la parte de mi herencia y de mi copa, tú mi suerte aseguras; 7Bendigo a Yahveh que me aconseja; aun de noche mi conciencia me instruye; 8pongo a Yahveh ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no vacilo. 11Me enseñarás el caminó de la vida, hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre. -
Evangelio
Lucas 9:57-62
57Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas.» 58Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.» 59A otro dijo: «Sígueme.» El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre.» 60Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.» 61También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa.» 62Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.»
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Primera Lectura
Sabiduría 10:10-14
10Ella al justo que huía de la cólera de su hermano le guió por caminos rectos; le mostró el reino de Dios y le dio el conocimiento de cosas santas; le dio éxito en sus duros trabajos y multiplicó el fruto de sus fatigas; 11le asistió contra la avaricia de sus opresores y le enriqueció; 12le preservó de sus enemigos y le protegió de los que le tendían asechanzas; y le concedió la palma en un duro combate para enseñarle que la piedad contra todo prevalece. 13Ella no desamparó al justo vendido, sino que le libró del pecado; 14bajó con él a la cisterna y no le abandonó en las cadenas, hasta entregarle el cetro real y el poder sobre sus tiranos, hasta mostrar mentirosos a sus difamadores y concederle una gloria eterna. -
Salmo Responsorial
Salmo 34:8-9, 16-20, 23
8Acampa el ángel de Yahveh en torno a los que le temen y los libra. 9Gustad y ved qué bueno es Yahveh, dichoso el hombre que se cobija en él. 16Los ojos de Yahveh sobre los justos, y sus oídos hacia su clamor, 17el rostro de Yahveh contra los malhechores, para raer de la tierra su memoria. 18Cuando gritan aquéllos, Yahveh oye, y los libra de todas sus angustias; 19Yahveh está cerca de los que tienen roto el corazón. él salva a los espíritus hundidos. 20Muchas son las desgracias del justo, pero de todas le libera Yahveh; 23Yahveh rescata el alma de sus siervos, nada habrán de pagar los que en él se cobijan. -
Evangelio
Lucas 9:1-6
1Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; 2y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. 3Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. 4Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí. 5En cuanto a los que no os reciban, saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.» 6Saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes.