Feria de Cuaresma

marzo 10, 2020

Color: morado

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Isaías 1:10, 16-20

    10¡Escuchad la palabra del Señor,
    príncipes de Sodoma! ¡Prestad oído a la Ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra!
    16Lavaos, purificaos,
    quitad de delante de mis ojos la maldad de vuestras obras, dejad de hacer el mal,
    17aprended a hacer el bien:
    buscad la justicia, proteged al oprimido, haced justicia al huérfano, defended la causa de la viuda.
    18Venid y litiguemos
    —dice el Señor—. Aunque vuestros pecados fuesen como la grana, quedarán blancos como la nieve; aunque fuesen rojos como la púrpura, quedarán como la lana.
    19Si queréis y escucháis,
    comeréis lo mejor de la tierra;
    20pero si no queréis y os rebeláis,
    seréis devorados por la espada, pues ha hablado la boca del Señor.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 50:8-9, 16-17, 21, 23

    8No te reprendo por tus sacrificios,
    pues tus holocaustos están siempre ante Mí.
    9No tomaré de tu casa ni un ternero,
    ni un cabrito de tus apriscos;
    16Dios dice al impío:
    «¿Por qué repites mis preceptos y tienes en tu boca mi alianza,
    17tú, que aborreces mi doctrina
    y postergas mis mandatos?
    21Tú has hecho estas cosas
    y Yo me he callado. Pensabas que soy como tú. Pero Yo te acusaré y te reprocharé cara a cara.
    23Quien ofrece un sacrificio de alabanza
    me da gloria. Al que es íntegro en el camino le mostraré la salvación de Dios». 

  • Evangelio

    Mateo 23:1-12

    1Entonces Jesús habló a las multitudes y a sus discípulos
    2diciendo:
    —En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos.
    3Haced y cumplid todo cuanto os digan; pero no obréis como ellos, pues dicen pero no hacen.
    4Atan cargas pesadas e insoportables y las echan sobre los hombros de los demás, pero ellos ni con uno de sus dedos quieren moverlas.
    5Hacen todas sus obras para que les vean los hombres. Ensanchan sus filacterias y alargan sus franjas.
    6Anhelan los primeros puestos en los banquetes, los primeros asientos en las sinagogas
    7y que les saluden en las plazas, y que la gente les llame rabbí.
    8Vosotros, al contrario, no os hagáis llamar rabbí, porque sólo uno es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
    9No llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque sólo uno es vuestro Padre, el celestial.
    10Tampoco os dejéis llamar doctores, porque vuestro doctor es uno sólo: Cristo.
    11Que el mayor entre vosotros sea vuestro servidor.
    12El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.