V Domingo Ordinario

febrero 9, 2020

Color: Verde

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Isaías 58:7-10

    7¿No es compartir tu pan con el hambriento,
    e invitar a tu casa a los pobres sin asilo? Al que veas desnudo, cúbrelo y no te escondas de quien es carne tuya.
    8Entonces tu luz despuntará como la aurora,
    y tu curación aparecerá al instante, tu justicia te precederá y la gloria del Señor cerrará tu marcha.
    9Entonces clamarás, y el Señor te responderá,
    pedirás socorro, y Él te dirá: «Aquí estoy». Si apartas de en medio de ti el yugo, el señalar con el dedo, y la maledicencia,
    10y ofreces tu propio sustento al hambriento,
    y sacias el alma afligida, entonces tu luz despuntará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 112:4-9

    4(Záin) Para los rectos brilla como luz en las tinieblas,
    (Het) el clemente, compasivo y justo.
    5(Tet) Feliz el hombre compasivo y que presta,
    (Yod) y que administra sus asuntos con justicia;
    6(Kaf) no vacilará jamás.
    (Lámed) El justo será siempre recordado;
    7(Mem) no temerá las malas noticias;
    (Nun) su corazón está firme, confiado en el Señor;
    8(Sámek) su corazón está seguro, sin temer,
    (Áin) hasta que mire por encima a sus enemigos.
    9(Pe) Reparte generosamente a los pobres;
    (Sade) su justicia permanece para siempre; (Qof) lleva alta su frente con honor.

  • Segunda Lectura

    1 Corintios 2:1-5

    1Y yo, hermanos, cuando vine a vosotros, no vine a anunciaros el misterio de Dios con elocuencia o sabiduría sublimes,
    2pues no me he preciado de saber otra cosa entre vosotros sino a Jesucristo, y a éste, crucificado.
    3Y me he presentado ante vosotros débil, y con temor y mucho temblor,
    4y mi mensaje y mi predicación no se han basado en palabras persuasivas de sabiduría, sino en la manifestación del Espíritu y del poder,
    5para que vuestra fe no se fundamente en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios.

  • Evangelio

    Mateo 5:13-16

    13»Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará? No vale más que para tirarla fuera y que la pisotee la gente.
    14»Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en lo alto de un monte;
    15ni se enciende una luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero para que alumbre a todos los de la casa.
    16Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos.