Santo Tomás de Aquino, Presbítero, Doctor de la Iglesia (Memoria)

enero 28, 2020

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    2 Samuel 6:12-15, 17-19

    12Comunicaron al rey lo sucedido:
    —El Señor ha bendecido a Obededom y todo lo suyo por causa del arca de Dios. Fue entonces David y trasladó con alegría el arca de Dios desde la casa de Obededom hasta la ciudad de David.
    13Cuando los que llevaban el arca del Señor avanzaban seis pasos, se ofrecía en sacrificio un buey y un carnero cebado.
    14David iba ceñido con el efod de lino y danzaba con todas sus fuerzas ante el Señor.
    15David y toda la casa de Israel trasladaban el arca del Señor entre gritos de júbilo y sonar de trompetas.
    17Introdujeron el arca del Señor y la colocaron en su sitio en medio de la tienda que David había mandado levantar. David ofreció ante el Señor holocaustos y sacrificios de comunión.
    18Y cuando terminó la ofrenda del holocausto y de los sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre del Señor de los ejércitos.
    19Después repartió a todo el pueblo, a toda la muchedumbre de Israel, hombres y mujeres, una torta de pan, un trozo de carne y un pan de pasas. Y se marcharon todos, cada uno a su casa.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 24:7-10

    7¡Puertas, alzad los dinteles!
    ¡Elevaos, puertas eternas!, que va a entrar el Rey de la Gloria.
    8¿Quién es este Rey de la Gloria?
    El Señor, fuerte y valeroso, el Señor valeroso en la guerra.
    9¡Puertas, alzad los dinteles!
    ¡Elevaos, puertas eternas!, que va a entrar el Rey de la Gloria.
    10¿Quién es este Rey de la Gloria?
    El Señor de los ejércitos. ¡Él es el Rey de la Gloria! 

  • Evangelio

    Marcos 3:31-35

    31Vinieron su madre y sus hermanos y, quedándose fuera, enviaron a llamarlo.
    32Y estaba sentada a su alrededor una muchedumbre, y le dicen:
    —Mira, tu madre, tus hermanos y tus hermanas te buscan fuera.
    33Y, en respuesta, les dice:
    —¿Quién es mi madre y quiénes mis hermanos?
    34Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dice:
    —Éstos son mi madre y mis hermanos:
    35quien hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.

  • Primera Lectura

    Sabiduría 7:7-10, 15-16

    7Por eso, rogué prudencia y se me concedió;
    invoqué un espíritu de sabiduría y vino a mí.
    8La antepuse a cetros y tronos
    y, comparada con ella, tuve en nada la riqueza.
    9La piedra más preciosa no la iguala,
    porque, a la vista de ella, todo el oro es un poco de arena y, ante ella, la plata vale lo que el barro.
    10La quise más que la salud y la belleza
    y preferí tenerla como luz, porque su resplandor no tiene ocaso.
    15Que Dios me conceda hablar juiciosamente
    y tener sentimientos dignos de los dones recibidos, pues Él es el guía de la sabiduría y el que dirige rectamente a los sabios.
    16En sus manos estamos nosotros y nuestras palabras,
    el ser prudentes y el saber obrar.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 119:9-14

    9(Bet) ¿Cómo podrá un joven mantener limpio su sendero?
    Guardando tus palabras.
    10Con todo el corazón te busco;
    no permitas que me desvíe de tus mandamientos.
    11En mi corazón he guardado tus palabras
    para no pecar contra ti.
    12Bendito eres, Señor,
    enséñame tus preceptos.
    13Con mis labios proclamo
    todas las normas de tu boca.
    14En el camino de tus preceptos me deleito
    más que en todas las riquezas.

  • Evangelio

    Mateo 23:8-12

    8Vosotros, al contrario, no os hagáis llamar rabbí, porque sólo uno es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
    9No llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque sólo uno es vuestro Padre, el celestial.
    10Tampoco os dejéis llamar doctores, porque vuestro doctor es uno sólo: Cristo.
    11Que el mayor entre vosotros sea vuestro servidor.
    12El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.