Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Isaías 9:1-6
1El pueblo que andaba a oscuras 2vio una luz grande. Los que vivían en tierra de sombras, una luz brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría. Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín. 3Porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro - la vara de su tirano - has roto, como el día de Madián. 4Porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en sangre serán para la quema, pasto del fuego. 5Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz». 6Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso. -
Salmo Responsorial
Salmo 113:1-8
1¡Aleluya! ¡Alabad, servidores de Yahveh, alabad el nombre de Yahveh! 2¡Bendito sea el nombre de Yahveh, desde ahora y por siempre! 3¡De la salida del sol hasta su ocaso, sea loado el nombre de Yahveh! 4¡Excelso sobre todas las naciones Yahveh, por encima de los cielos su gloria! 5¿Quién como Yahveh, nuestro Dios, que se sienta en las alturas, 6y se abaja para ver los cielos y la tierra? 7El levanta del polvo al desvalido, del estiércol hace subir al pobre, 8para sentarle con los príncipes, con los príncipes de su pueblo. -
Evangelio
Lucas 1:26-38
26Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 28Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» 29Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. 30El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; 31vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. 32El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» 34María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» 35El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. 36Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, 37porque ninguna cosa es imposible para Dios.» 38Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue.