Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Ezequiel 17:22-24
22Así dice el Señor Yahveh: También yo tomaré de la copa del alto cedro, de la punta de sus ramas escogeré un ramo y lo plantaré yo mismo en una montaña elevada y excelsa: 23en la alta montaña de Israel lo plantaré. Echará ramaje y producirá fruto, y se hará un cedro magnífico. Debajo de él habitarán toda clase de pájaros, toda clase de aves morarán a la sombra de sus ramas. 24Y todos los árboles del campo sabrán que yo, Yahveh, humillo al árbol elevado y elevo al árbol humilde, hago secarse al árbol verde y reverdecer al árbol seco. Yo, Yahveh, he hablado y lo haré. -
Salmo Responsorial
Salmo 92:2-3, 13-16
2Bueno es dar gracias a Yahveh, y salmodiar a tu nombre, Altísimo, 3publicar tu amor por la mañana, y tu lealtad por las noches, 13Florece el justo como la palmera, crece como un cedro del Líbano. 14Plantados en la Casa de Yahveh, dan flores en los atrios del Dios nuestro. 15Todavía en la vejez producen fruto, se mantienen frescos y lozanos, 16para anunciar lo recto que es Yahveh: mi Roca, no hay falsedad en él. -
Segunda Lectura
II Corintios 5:6-10
6Así pues, siempre llenos de buen ánimo, sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, vivimos lejos del Señor, 7pues caminamos en la fe y no en la visión... 8Estamos, pues, llenos de buen ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. 9Por eso, bien en nuestro cuerpo, bien fuera de él, nos afanamos por agradarle. 10Porque es necesario que todos nosotros seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal. -
Evangelio
Marcos 4:26-34
26También decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; 27duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. 28La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. 29Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega.» 30Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? 31Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; 32pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra.» 33Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; 34no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado.