Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Romanos 10:9-18
9Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo. 10Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación. 11Porque dice la Escritura: Todo el que crea en él no será confundido. 12Que no hay distinción entre judío y griego, pues uno mismo es el Señor de todos, rico para todos los que le invocan. 13Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. 14Pero ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? 15Y ¿cómo predicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡Cuán hermosos los pies de los que anuncian el bien! 16Pero no todos obedecieron a la Buena Nueva. Porque Isaías dice: ¡Señor!, ¿quién ha creído a nuestra predicación? 17Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo. 18Y pregunto yo: ¿Es que no han oído? ¡Cierto que sí! Por toda la tierra se ha difundido su voz y hasta los confines de la tierra sus palabras. -
Salmo Responsorial
Salmo 19:8-11
8La ley de Yahveh es perfecta, consolación del alma, el dictamen de Yahveh, veraz, sabiduría del sencillo. 9Los preceptos de Yahveh son rectos, gozo del corazón; claro el mandamiento de Yahveh, luz de los ojos. 10El temor de Yahveh es puro, por siempre estable; verdad, los juicios de Yahveh, justos todos ellos, 11apetecibles más que el oro, más que el oro más fino; sus palabras más dulces que la miel, más que el jugo de panales. -
Evangelio
Mateo 4:18-22
18Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, 19y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.» 20Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. 21Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. 22Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.