San Lorenzo de Brindis, Presbítero, Doctor de la Iglesia (Fiesta)

julio 21, 2012

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Sabiduría 8:9-16

    9Decidí, pues, tomarla por compañera de mi vida, sabiendo que me sería una consejera para el bien y un aliento en las preocupaciones y penas: 10«Tendré gracias a ella gloria entre la gente, y, aunque joven, honor ante los ancianos. 11Apareceré agudo en el juicio y en presencia de los poderosos seré admirado. 12Si callo, esperarán; si hablo, prestarán atención; si me alargo hablando, pondrán la mano en su boca. 13Gracias a ella tendré la inmortalidad y dejaré recuerdo eterno a los que después de mí vengan. 14Gobernaré a los pueblos, y las naciones me estarán sometidas. 15Oyendo hablar de mí, soberanos terribles temerán. Me mostraré bueno entre las multitudes y valiente en la guerra. 16Vuelto a casa, junto a ella descansaré, pues no causa amargura su compañía ni tristeza la convivencia con ella, sino satisfacción y alegría».

    OR

    II Corintios 5:14-21

    14Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron. 15Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 16Así que, en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne. Y si conocimos a Cristo según la carne, ya no le conocemos así. 17Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo. 18Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación. 19Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación. 20Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios! 21A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 67:2-5, 7-8

    2¡Dios nos tenga piedad y nos bendiga, su rostro haga brillar sobre nosotros! 3Para que se conozcan en la tierra tus caminos, tu salvación entre todas las naciones. 4¡Te den, oh Dios, gracias los pueblos, todos los pueblos te den gracias! 5Alégrense y exulten las gentes, pues tú juzgaz al mundo con justicia, con equidad juzgas a los pueblos, y a las gentes en la tierra gobiernas. 7La tierra ha dado su cosecha: Dios, nuestro Dios, nos bendice. 8¡Dios nos bendiga, y teman ante él todos los confines de la tierra!

  • Evangelio

    Lucas 9:1-6

    1Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; 2y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. 3Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. 4Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí. 5En cuanto a los que no os reciban, saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.» 6Saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes.