Carlos Payá, miembro del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), dirigió una carta al eurodiputado Pablo Iglesias –afín a los regímenes de Raúl Castro y Nicolás Maduro-, en la que le recuerda que en Cuba la población carece de derechos y que el Gobierno reprime a todo el que se le opone, incluso a disidentes de izquierda.
“Para mí Dios es lo primero y luego mi familia. Es mi forma de vivir, mi forma de ver las cosas. Me permiten vivir feliz”, afirma Keylor Navas, el arquero que antes de empezar cada partido se arrodilla para rezar al Padre y cuya atajada en la tanda de los penales permitió a Costa Rica vencer a Grecia y estar entre los ocho mejores equipos del Mundial FIFA Brasil 2014.
Durante la Misa en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco exhortó a orar por los cristianos perseguidos en Medio Oriente y en otras partes del mundo, pues hoy la Iglesia tiene más mártires y es más perseguida –incluso de manera elegante, con “guantes blancos”-, que en los tiempos del emperador romano Nerón.
La ternura del amor de Dios también la experimentamos en el tiempo de la enfermedad, aseguró el Papa Francisco en la homilía que fue leída este viernes por el Arzobispo de Milán (Italia), Cardenal Angelo Scola, en el Hospital Agostino Gemelli, luego que se cancelara la visita del Pontífice debido una “indisposición repentina”.
El Arzobispo de Milán (Italia), Cardenal Angelo Scola, leyó este viernes la homilía que el Papa Francisco iba a pronunciar durante la Misa en la iglesia del Hospital Agostino Gemelli, donde destaca la labor de los médicos y enfermeros que, con su profesionalismo y competencia, están llevando “un poco del amor del Corazón de Cristo” a los enfermos.
“Dios está esperando por nosotros”, expresó el Papa Francisco durante la Misa matutina en la Casa Santa Marta, donde invitó a los fieles a ser pequeños de corazón para poder comprender el amor de Dios, que está buscando tener una “relación de papá-hijo” para decirnos “estoy contigo”.
Durante la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco reflexionó sobre el don de la piedad, el cual no significa tener compasión, poner “cara de estampita” o fingir ser santo, sino un “auténtico espíritu religioso, de confianza filial con Dios, de aquella capacidad de rezarle con amor y sencillez que caracteriza a los humildes de corazón”.