El líder de la Iglesia Católica en Inglaterra y Gales hizo una sólida defensa del papel de la religión en el debate político sobre el suicidio asistido, cuya legislación será votada mañana en la Cámara de los Comunes.
Los obispos católicos de Inglaterra y Gales han condenado la legislación relacionada con la oración fuera de las clínicas de aborto, alegando que la propuesta representa un retroceso para la libertad cívica y religiosa.