En Londres, el 2 de febrero de 1601, día de la Fiesta de la Presentación del Señor o de la Candelaria, un grupo de católicos que se negaron a asistir al culto de la Iglesia de Inglaterra (culto oficial del Estado), se reunieron en una casa de huéspedes para celebrar y asistir a la Misa, lo que era considerado un crimen.