"Mi esperanza es que el Sínodo ayude a la Iglesia a ser más lo que ya es, un signo e instrumento de salvación, en lugar de guiarla por el camino de tratar de ser lo que el mundo espera de ella", destaca.
¿Qué le produce consternación?
La hermana Sara señala que "el método de discernimiento explica cómo se invitará a los participantes a compartir su experiencia, pero no cómo se someterá a la 'Palabra de Dios'. Por 'Palabra de Dios' nos referimos a veces a la Sagrada Escritura, y a veces (como en Dei Verbum 9-10) a la Escritura y la Tradición tal como se leen en la Iglesia".
En opinión de Sweeney, lo más preocupante "son las conversaciones en el Espíritu". "Me preocupa cómo el Espíritu Santo está siendo desplegado a veces para indicar no la conversión a Cristo en total fidelidad al Depósito de la fe, sino hacia una nueva forma de 'ser Iglesia' o hacia 'una mayor reflexión sobre el Depósito de la Fe y la Tradición viva de la Iglesia' de una manera que insinúa el cambio de ese Depósito", afirma.
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Para White, el Instrumentum laboris "se lee como si lo único seguro que sabemos sobre la Iglesia y su misión es que ella es sinodal, pero lo que eso significa aún se desconoce. Una cosa es que la Iglesia esté más atenta y escuche con más atención; otra cosa es fingir que no sabe lo que sabe".
"El documento no da ningún sentido al drama del pecado y de la redención ni a los desafíos involucrados en la vida cristiana. La palabra 'pecado' nunca se menciona. Es como si todos los problemas de la Iglesia y del mundo fueran un gran malentendido y no el fruto de nuestro pecado, del que Cristo vino a salvarnos y para el cual instituyó a la Iglesia", lamenta.
¿Ampliar el gobierno de la Iglesia?
Al respecto, Sweeney señala: "No. Realmente no busco el gobierno en la Iglesia y ciertamente no busco un gobierno delegado. Cristo eligió a los 12 y les dio las llaves, llaves entregadas a los obispos".
"No quiero gobierno en la Iglesia, quiero ayudar a transformar el mundo. Ese es el papel de los laicos y de los religiosos consagrados. Pasar mi tiempo en un comité diocesano no va a hacer eso. No hay que clericalizar a los laicos", agrega.
White señala, por su parte, que no desea gobierno para los laicos en la Iglesia, aunque precisa que está "a favor de un mejor gobierno (¿quién no?) y un pastor haría bien en conocer y escuchar a sus ovejas".