Una madre cristiana, despedida de su labor como asistente pastoral por sus publicaciones sobre educación sexual, ganó una apelación legal contra la decisión del centro educativo donde trabajaba.
Kristie Higgs, madre de dos hijos, había trabajado durante seis años en la Church of England Farmor's School en Fairford, Gloucestershire (Reino Unido), hasta que en octubre de 2018 una queja anónima sobre sus publicaciones en Facebook llevó a que la suspendieran y finalmente la despidieran por "mala conducta grave" en enero de 2019.
En octubre de 2020, el Tribunal Laboral de Bristol dictaminó que Higgs no había sufrido discriminación ni acoso. Sin embargo, el pasado viernes 16 de junio, el Tribunal Laboral de Apelaciones dictaminó que el caso debía ser reconsiderado.
La presidenta del Tribunal de Apelación Laboral, Dame Jennifer Eady, apoyó la apelación de Higgs. "La libertad de manifestar creencias (religiosas o de otro tipo) y de expresar puntos de vista relacionados con esas creencias son derechos esenciales en cualquier democracia, ya sea o no si la creencia en cuestión es popular o convencional y aunque su expresión pueda ofender".
Eady indicó que los jueces no habían evaluado, como lo exige la ley, si la investigación y el despido de Higgs "estaban prescritos por la ley y eran necesarios para la protección de los derechos y libertades de los demás, reconociendo la naturaleza esencial de los derechos (de Higgs) a la libertad de creencias y a la libertad de expresión".
En reacción al veredicto del viernes, Higgs comentó: "Desde el principio, a pesar de los muchos intentos de la escuela de sugerir lo contrario, esto siempre se ha tratado de mis creencias cristianas y de que me discriminaron por expresarlas en mi tiempo libre".