El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, considera la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús como una "ocasión preciosa para vivir el amor de Cristo". Se trata de un amor "que no se cansa de mí incluso conociendo mis pecados", señala.
Mons. Fernández también expone en su carta semanal que el amor de Cristo se caracteriza porque "quiere convivir conmigo" y "nunca falla".
Es, además, "capaz de transformar mi corazón y hacerlo semejante al suyo", y es un amor "de misericordia, de perdón, de crecimiento" que "nos llena de esperanza".
El prelado recuerda que "la humanidad de Cristo ha sido siempre adorada con el mismo culto que adoramos su persona divina", y que en esa humanidad su Corazón fue traspasado por la lanza en la Cruz para certificar la muerte del Señor.
Mons. Fernández muestra cómo es el evangelista San Juan quien "con ojos de fe" ve en este hecho cómo se abre "una puerta para entrar y conocer la hondura del amor de Dios".
De esta manera, "las llagas de Cristo ya no son simples orificios por los que ha brotado sangre hasta la extenuación", sino que se convierten en "lugares de refugio a donde somos invitados a entrar".