La iglesia de San Salvador, en Jerusalén, fue el centro de los festejos de la fiesta de San Antonio de Padua, patrono de la Custodia de Tierra Santa.
Allí los franciscanos pusieron unos panes especiales a los pies del santo y se celebró una solemne Misa con un acto de consagración de los frailes.
La Custodia de Tierra Santa es una provincia franciscana de la Orden de los Hermanos Menores que tiene la misión de cuidar, estudiar y hacer acogedores los lugares santos. Ellos tienen como patrono a San Antonio, porque cuando han estado en momentos de dificultad, han invocado la protección del santo y se han visto librados.
La fiesta de San Antonio comenzó al atardecer del lunes 12 de junio con el rezo de las primeras Vísperas, un conjunto de oraciones que los sacerdotes y religiosos rezan, en unión con toda la Iglesia, de un libro llamado Liturgia de las Horas. La celebración estuvo presidida por el P. Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa.
Ante la imagen del santo se colocaron muchos panes, que durante la liturgia fueron rociados con agua bendita e incensados.