LIMA,
En la Iglesia Católica existe un Credo que explica extensamente a la Santísima Trinidad y a la Encarnación. En él están contenidas muchas verdades de fe sobre estos misterios y se afirma que es necesario guardarlas íntegramente para alcanzar la salvación.
Además, dicha oración inspiró espiritualmente a Santa Teresa de Ávila y San Josemaría Escrivá.
Se trata de una profesión de fe que se originó posiblemente antes del siglo V o VI. Existen discrepancias entre los investigadores sobre quién es el verdadero autor, pero en la tradición católica se le conoce como Credo de Atanasio o de San Atanasio.
Por muchos siglos se le atribuyó al Obispo San Atanasio de Alejandría (297-373), gran Doctor de la Iglesia que se caracterizó por defender la verdad de la Encarnación de Cristo. Se ganó el título de Padre de la Ortodoxia (la recta doctrina), era llamado "la columna de la Iglesia" y es respetado tanto en Oriente como en Occidente.
El Credo de Atanasio es conocido también como "Símbolo Quicumque" o "Quicumque vult" ("Quien quiera…"), ya que comienza con estas palabras en latín.
Según el sitio web del Opus Dei, durante la Edad Media llegó a estar al nivel de importancia del Credo de Nicea (popularmente conocido como "Credo largo"). Además, en el Oficio canónico se rezaba los domingos hasta la reforma del Papa Pío XII (1956).