VATICANO,
Al recibir hoy a un nuevo grupo de obispos estadounidenses en visita ad limina, el Papa Juan Pablo II reafirmó la necesidad del “testimonio personal de fe y santidad” así como de un verdadero “testimonio institucional” de los católicos para anunciar el Evangelio.
Ante los obispos de las provincias eclesiásticas de Portland, Seattle y Anchorage (Estados Unidos), el Santo Padre explicó que “las numerosas instituciones religiosas, educacionales y caritativas de la Iglesia Católica tienen un solo motivo para existir: proclamar el Evangelio. Su testimonio debe proceder siempre 'ex corde Ecclesiae', es decir, del corazón de la Iglesia”.
“Por eso, es de importancia capital que las instituciones de la Iglesia sean genuinamente católicas: católicas en su propia comprensión y católicas en su identidad. Todos los involucrados en el apostolado en dichas instituciones, incluidos los que no pertenecen a esa fe, deben mostrar un aprecio sincero y respetuoso por esa misión, que es su inspiración y en último término su ‘razón de ser’”, afirmó el Papa.
“En Estados Unidos –agregó el Pontífice–, las escuelas, universidades, hospitales y organizaciones de caridad de la Iglesia, no solamente tienen que ayudar a los fieles a pensar y a comportarse de manera completamente consecuente con el Evangelio, superando cualquier separación entre fe y vida, sino que deben representar el testimonio claro y colectivo de su verdad salvífica. Para ello es necesario revisar constantemente sus prioridades a la luz de su misión y dar un testimonio convincente, dentro de una sociedad pluralista, de la enseñanza de la Iglesia, en particular acerca del respeto por la vida humana, del matrimonio y la familia, y de la ordenación correcta de la vida pública”.
El Santo Padre resaltó que “las instituciones educacionales de la Iglesia solamente podrán contribuir eficazmente a la nueva evangelización si defienden y fomentan claramente su identidad católica”.
“Por su misma naturaleza, las universidades y colegios católicos están llamados a dar un testimonio institucional de fidelidad a Cristo y a su Palabra tal como llega a nosotros a través de la Iglesia, un testimonio público como está expresado en la exigencia canónica del ‘mandatum’”, indicó.