En medio de la grave crisis migratoria que se vive en la frontera de México y Estados Unidos, tras el fin de la regulación conocida como "Título 42", la Iglesia Católica responde con asistencia y ayuda para los más necesitados.
Entre las obras caritativas de la Iglesia en la zona se encuentran las casas de acogida a migrantes. En Tijuana (México), el sacerdote scalabriniano Patrick Murphy considera que la actual crisis "es el momento más 'loco' que hemos tenido" en las últimas cuatro décadas.
La Congregación de los Scalabrinianos, fundada por el Beato Juan Bautista Scalabrini, conocido como el "Padre de los Migrantes", ayuda a las personas que se desplazan desde sus lugares de origen con la esperanza de una vida mejor. En México tienen tres casas de acogida: una en Tijuana, una en Nuevo Laredo y la otra en Ciudad de México.
En el caso de Tijuana, explica el P. Murphy, "contamos con 140 camas", "pero en este momento contamos con 150 personas". Reciben a familias como prioridad, por lo que actualmente amparan a "50 niños".
En la casa de acogida católica, los migrantes pueden quedarse hasta por 40 días, y reciben ayuda para buscar trabajo. Esto, reconoce el sacerdote, "es un poco complicado cuando no cuentan con papeles".
A pesar de que en esa ciudad suman unas 30 las casas de acogida, entre centros establecidos por las autoridades y otras organizaciones caritativas, el P. Murphy indica que "todos se quieren quedar en las de la Iglesia; tienen miedo de ir a las del gobierno".
Se conoce como "Título 42" a una normativa migratoria establecida en 2020, durante el gobierno de Donald Trump, que facilitaba la expulsión de indocumentados, alegando los desafíos de la pandemia de covid-19.