En Roma, uruguayos agradecieron a Dios por la beatificación de su primer obispo

En su homilía, el Cardenal Sturla describió al beato como "un fruto preciado de nuestra tierra, de nuestra Iglesia". "Era una figura extraordinaria, con una armonía de naturaleza y gracia propia de los santos. Era un hombre firme, con buen humor, que confiaba en la Providencia", recordó.

 

Mons. Wolcan, por su parte, contó a los uruguayos residentes en Roma que la masiva asistencia de fieles a la Misa de beatificación es un reflejo de la huella de Mons. Jacinto Vera en todo Uruguay.

 

Destacó también la presencia en la ceremonia de Mons. Wilson Tadeu Jönck, Arzobispo de Florianópolis (Brasil) -donde Mons. Vera fue bautizado- y del Cardenal Mario Aurelio Poli, Arzobispo de Buenos Aires, donde el beato se preparó para el sacerdocio.

 

A los pies de la imagen de la Virgen de los Treinta y Tres, Patrona de Uruguay, los fieles agradecieron a Dios por la vida y la santidad de su primer obispo.

 

El Cardenal llevó a Roma algunos elementos para difundir la vida del nuevo beato: un cómic, el libro "Con los zapatos al cielo", autoadhesivos y estampas con reliquia.

 

La celebración concluyó con el canto del himno a la Virgen de los Treinta y Tres.

 

Luego de la Misa, el Cardenal Sturla expresó: "Fue una hermosa celebración, un eco de lo que pasó el sábado. Estábamos todos muy emocionados (...). Fue una alegría enorme celebrar también en Roma la Misa en honor del Beato Jacinto Vera".

 

En la tarde del jueves 11 de mayo, el Arzobispo de Montevideo mantuvo una audiencia con el Papa Francisco, a quien le agradeció por la beatificación de Mons. Jacinto Vera y le entregó una carta de los obispos de Uruguay, en la que le renuevan su invitación a visitar el país.