Mons. Francisco Javier Acero, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, lamentó el reciente suicidio de un hombre de 70 años en el interior de una iglesia en la capital del país.
El sujeto dejó una carta explicando que era indigente y que padecía parálisis facial y diabetes, entre otras enfermedades.
Según la prensa local, el hombre estaba solo y se dio un disparo en la cabeza, alrededor de las 10:00 a.m. (hora local) al terminar la Santa Misa, sorprendiendo a los feligreses que asistían a la Eucaristía.
Las primeras investigaciones indican que la persona se encontraba en una de las capillas de la parroquia de la Medalla Milagrosa, en la colonia Narvarte, en la alcaldía Benito Juárez.
En diálogo con ACI Prensa, Mons. Acero lamentó que "la noticia no tuvo importancia porque desgraciadamente este tipo de sucesos nos están haciendo indiferentes".
Resaltó que "cada vida humana es única e irrepetible. Es un valor inestimable en sí misma. Esto siempre debe ser anunciado de nuevo con la palabra y los gestos. Esto requiere solidaridad y amor fraternal para toda la humanidad y para cada uno de sus miembros".