La Diócesis de Maiduguri (Nigeria) ha sido una de las más golpeadas por los terroristas islámicos en los últimos años. Sin embargo, la situación ha mejorado recientemente, en una serie de eventos que el obispo Oliver Doeme atribuye a una visión que tuvo en 2014, cuando más de mil católicos fueron asesinados y otros 100 mil fueron desplazados.
"El Santísimo Sacramento estuvo expuesto 24 horas en mi casa, y estuve allí frecuentemente para mis oraciones. Entonces, aquella vez en octubre, entré a la capilla de noche para rezar el Rosario", recordó Mons. Doeme.
"De pronto -continuó- Jesús se apareció en el lado derecho del jardín, como el Buen Pastor, y estaba en la capilla. Le dije: '¿Señor, qué es esto?'. Él sostenía una espada muy larga en su mano, una espada muy larga. Entonces comenzó a moverse hacia mí, que estaba arrodillado rezando mi Rosario. Se me cayó el rosario y Jesús me dio la espada, que se convirtió en un rosario, y me dijo: 'Boko Haram se ha ido'. Era 2014, ahora es casi 2024. Esa profecía fue una prédica larga y se ha cumplido".
El obispo no había hablado sobre esta visión durante varios años, hasta que asistió a un evento de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) en España en 2022. En un reciente diálogo con el Grupo ACI, el prelado destacó que "las oraciones son el arma más fuerte".
Mons. Doeme estuvo en Hungría, en un viaje planeado desde hace tiempo, que coincidió con la visita del Papa Francisco. El país europeo está ayudando a varias diócesis de Nigeria, entre ellas Maiduguri, a través del programa Hungary Helps, con el que se ha podido enviar un millón de dólares a la nación africana.
El 28 de abril, y en diálogo con el Grupo ACI, el obispo relató cómo es la ayuda de los húngaros y los desafíos de su país, donde los terroristas islámicos aún no han sido derrotados del todo.