Daisy Sandoval es una joven de 25 años, madre soltera, que en febrero de este año partió de Venezuela en búsqueda del "sueño americano". Con la confianza puesta en Dios, y acompañada de un grupo de amigos, dejó su país y a sus seres queridos.
En diálogo con ACI Prensa, Daisy cuenta que para salir de su país tuvieron "que atravesar el mar en lancha, fue un viaje de una hora y media", hasta llegar al pueblo de Necoclí (Colombia).
Desde ahí, señaló, "partimos cerca de 1.000 migrantes para ingresar a la selva del Darién".
"Esta selva separa Colombia de Panamá. Es el paso más peligroso de Latinoamérica para llegar hasta Estados Unidos. El segundo más peligroso es Nicaragua", narró.
"Hay muchos abismos, el calor es tremendo y húmedo. Me llamó la atención que había muchos migrantes no sólo latinoamericanos", sino también personas que llegaban desde India así, como de países árabes y del continente africano.
La región conocida como el tapón del Darién es un área selvática y pantanosa de unos 17 mil kilómetros cuadrados. Se encuentra entre Centroamérica y América del Sur, a lo largo del territorio de Panamá y Colombia.