LIMA,
El próximo 6 de mayo la Iglesia celebrará la fiesta de Santo Domingo Savio, alumno ejemplar de San Juan Bosco. En muchas ocasiones, el fundador de los salesianos recomendaba rezar ciertas oraciones dedicadas al santo adolescente para pedir curaciones.
En el tomo 6 de las Memorias Biográficas de Don Bosco (MB), conjunto de 19 libros sobre la vida del santo, se narra la historia de Eduardo Donato, quien era un alumno del oratorio. Este joven tenía graves molestias en los ojos. Para que se recuperara fue enviado a su pueblo, pero ni con el cuidado de los mejores especialistas se lograba sanar.
Era tanto el sufrimiento que padecía, que Eduardo vivía recluido en una habitación oscura. No obstante, de vez en cuando iba donde Don Bosco para que lo escuchara y le diera aliento en medio de su enfermedad.
Cierta noche, el muchacho se quedó con sus compañeros y mientras todos cantaban, él permanecía triste con la cara entre las manos. El santo sacerdote se le acercó y con una palmada en el hombro le dijo:
"¿Será posible que no podamos librarte de ese mal? Hay que acabar con él de una vez. Vamos a agarrar a Domingo Savio por los cabellos y no lo vamos a soltar hasta que nos obtenga de Dios tu curación".
Eduardo miró con esperanza a Don Bosco, pero no le contestó nada. Entonces el fundador de la Familia Salesiana le indicó: "Reza todos los días de esta novena (era la noche del primer día de la novena de la Inmaculada) a Domingo Savio para que interceda por ti y te alcance esta gracia. Procura vivir de forma que puedas comulgar cada mañana. Por la noche, antes de acostarte, dirás así: 'Domingo Savio, ruega por mí' y añadirás un Avemaría".