El Gobierno de España ha impedido a la comunidad benedictina del monasterio del Valle de los Caídos acceder a la basílica del lugar durante una semana y celebrar los sacramentos debido a los trabajos para la exhumación de José Antonio Primo de Rivera.
El cuerpo del fundador de Falange Española fue exhumado el pasado lunes 24 de abril en aplicación de la Ley de Memoria Democrática, que impide los enterramientos en lugar preeminente de la basílica.
Hasta el lunes, la tumba de Primo de Rivera estaba situada tras el altar mayor de la basílica, a pocos metros de donde se encontraba hasta 2019 la de Francisco Franco, también trasladada por el Gobierno.
Tras derrotar al bando republicano en la Guerra Civil, Franco gobernó España desde 1936 hasta su muerte, el 20 de noviembre de 1975.
Sin previo aviso a la comunidad benedictina, Patrimonio Nacional –entidad del Gobierno de España que administra el recinto junto con una comunidad de monjes benedictinos– cerró la basílica tres días antes de lo esperado durante al menos una semana.
Los benedictinos sabían de la exhumación del lunes, pero se les informó que no tenían acceso ya desde el pasado viernes, sólo cinco minutos antes de la celebración de la Misa de 11:00 a.m. que celebran allí seis días de la semana.