LIMA,
El 26 de abril se celebra la fiesta de San Rafael Arnáiz Barón, considerado como uno de los más grandes místicos del siglo XX. Este monje trapense solía pelear con unos "diablillos" que buscaban desanimarlo en la fe.
En sus escritos, el santo contó que eran las tres de la tarde de un sábado lluvioso y le tocó ir a un almacén donde procesaban los vegetales. Hacía tanto frío que tenía helados los pies y las manos. Aquel día le parecía triste y turbio.
Le encomendaron la tarea de pelar nabos y, mientras trabajaba en ello, sentía que el tiempo pasaba lento. En eso, unos "diablillos" lo empezaron a tentar con recuerdos.
San Rafael recordaba que se le venían cuestionamientos de cómo pudo haber dejado su casa para venir a hacer algo ridículo como pelar nabos.
"Un demonio pequeñito y muy sutil, se me escurre muy adentro y de suaves maneras me recuerda mi casa, mis padres y hermanos, mi libertad, que he dejado para encerrarme aquí entre lentejas, patatas, berzas y nabos", describió.
El santo estaba absorto en estas ideas, cuando de pronto sintió que una luz potente penetró en su alma y que alguien le preguntó qué estaba haciendo. San Rafael recapacitó en el acto y dijo: "¡Virgen Santa!... ¡Pelar nabos!… ¿para qué?".