En su homilía, el Nuncio se dirigió de manera especial a sus hermanos obispos, en el primer encuentro que mantenía con ellos en torno a la Eucaristía.
En su homilía, exhortó a estar siempre cerca de la luz, que es Jesús, porque, como indica el texto, la luz vino al mundo y los hombres prefirieron las tinieblas.
En ese sentido, el Nuncio resaltó que cuando estamos en pecado o en situaciones que no son las queridas por Dios, pareciera que nos alejamos, que nos ocultamos.
En cambio, cerca del Señor es donde las personas pueden brillar y recibir su luz, que es, en definitiva, la vida eterna.