El Papa Francisco explicó que la enfermedad no es una "pérdida" ni un fastidio que se debe minimizar "a toda costa", sino una ocasión para crecer en lo que realmente importa en la vida, hacia el encuentro con Dios.
Así lo señaló esta mañana al recibir en audiencia a los participantes en la Asamblea Plenaria anual de la Pontificia Comisión Bíblica, que se reúne en Roma estos días para reflexionar sobre "La enfermedad y el sufrimiento en la Biblia".
En su discurso, el Santo Padre criticó que en el pensamiento moderno "la enfermedad es considerada con frecuencia como una pérdida, un no-valor, un fastidio que es necesario minimizar, contrastar y anular a toda costa".
"No se quiere hacer la pregunta sobre su significado, tal vez porque se temen sus implicaciones morales y existenciales. Y sin embargo, nadie puede evadir la búsqueda de ese 'por qué'", continuó.
Ante el dolor, reconoció el Papa, la persona "puede permitir que el sufrimiento lleve al repliegue sobre uno mismo, hasta la desesperación y la rebelión, o puede acogerlo como una ocasión de crecimiento y de discernimiento sobre lo que realmente importa en la vida, hasta el encuentro con Dios".
El Santo Padre destacó asimismo que el de la enfermedad y el sufrimiento "es un tema que concierne a todos, creyentes y no creyentes. En efecto, la naturaleza humana, herida por el pecado, lleva inscrita en sí misma la realidad de la limitación, la fragilidad y la muerte".