Luego de que en China se designara a un obispo sin la aprobación del Vaticano, un reconocido defensor de los derechos humanos advirtió que no se puede confiar en el régimen comunista, pues tiene una "naturaleza mentirosa".
En recientes declaraciones a ACI Prensa, Benedict Rogers, cofundador y director ejecutivo de la plataforma Hong Kong Watch, dedicada a defender los derechos humanos, indicó que en cierto nivel la decisión del régimen chino "es una sorpresa" por el hecho de "violar tan descaradamente el acuerdo con el Vaticano en una de las diócesis más importantes de China, Shanghái".
"Sin embargo, en otro nivel, es típico de la naturaleza mentirosa del régimen del Partido Comunista Chino", señaló.
El martes 4 de abril, Mons. Joseph Shen Bin, hasta entonces Obispo de Haimen, fue instalado como nuevo Obispo de Shanghái, la diócesis católica más grande de China. Sin embargo, el nombramiento no habría contado con la aprobación de la Santa Sede.
El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, señaló ese martes que la Santa Sede había sido informada pocos días antes, pero se enteró de la instalación del Prelado "por los medios de comunicación".
De acuerdo a Asia News, el nombramiento de Mons. Shen Bin fue realizado por el Consejo de Obispos Chinos, conferencia episcopal controlada por el régimen comunista.