"Dios respeta y pide que respetemos la libertad religiosa, porque no se puede imponer la fe, aunque de ella dependa la salvación", afirmó. Pero "tampoco se puede obligar a los creyentes a guardar silencio, sobre nuestra esperanza y fe, y la luz que ofrece Cristo para el mundo", como pretenden quienes difunden esa consigna.
En ese sentido, consideró que "quienes dicen 'Iglesia y Estado, asunto separado', están equivocados" y buscan no sólo confundir a los creyentes, sino también sustraerse al cuestionamiento moral de su conducta, sobre todo cuando lo argumentan con la cita "Dar al César lo del César y a Dios lo de Dios".
Este dicho de Jesús, explicó, "significa que el César tiene que abandonar su pretensión de ser una autoridad absoluta, y aceptar lo que enseña Jesús: que los gobernantes sean servidores y no dioses".