Una ex feminista radical, que ahora trabaja como escritora católica en Estados Unidos, animó a vivir la Pascua de Resurrección "con los ojos" de Santa María Magdalena, una de sus santas favoritas.
En un artículo publicado el 9 de abril en el National Catholic Register, Lorraine Murray recordó la importancia del testimonio de María Magdalena, una de las mujeres que no dejó al Señor como los Apóstoles –a excepción de Juan– y que fue testigo de la crucifixión de Cristo.
Santa María Magdalena lleva ese nombre por ser originaria de "Magdala", población que estaba situada en la orilla occidental del Mar de Galilea.
Siguió a Jesús hasta el Calvario y estuvo ante su cuerpo yacente. En la mañana del Domingo de Resurrección, fue la primera que vio a Cristo resucitado. Como consecuencia, la Iglesia reconoce su lugar relevante en la vida del Señor y de la primera comunidad cristiana, como queda evidenciado en las narraciones de los Evangelios.
"Como ella, tuve un pasado accidentado. En mis años universitarios le di la espalda a Dios y cometí demasiados pecados como para contarlos. Muchos demonios merodeaban en mi vida, lo que me llevó al ateísmo y al feminismo radical", compartió.
Años después, cuando ya había cumplido más de cuarenta, la autora que también escribe en el diario católico The Georgia Bulletin de la Arquidiócesis de Atlanta vivió una experiencia profunda de conversión, como la tuvo María Magdalena.