VATICANO,
El Papa Francisco dirigió su mensaje pascual a los fieles de la ciudad de Roma y del mundo e impartió la Bendición Urbi et Orbi este Domingo de Resurrección, 9 de abril, desde el balcón central de la fachada de la Basílica de San Pedro.
A continuación, el Mensaje Urbi et Orbi del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas: ¡Cristo ha resucitado!
Hoy proclamamos que Él, el Señor de nuestra vida, es "la resurrección y la vida" del mundo (cf. Jn 11,25). Es Pascua, que significa "paso", porque en Jesús se realizó el paso decisivo de la humanidad: de la muerte a la vida, del pecado a la gracia, del miedo a la confianza, de la desolación a la comunión.
En Él, Señor del tiempo y de la historia, quisiera decirles a todos, con alegría en el corazón: ¡feliz Pascua! Que sea para cada uno de ustedes, queridos hermanos y hermanas -en particular para los enfermos y los pobres, para los ancianos y los que están atravesando momentos de prueba y dificultad-, un paso de la tribulación a la consolación. No estamos solos, Jesús, el Viviente, está con nosotros para siempre.
Que la Iglesia y el mundo se alegren, porque hoy nuestra esperanza ya no se estrella contra el muro de la muerte; el Señor nos ha abierto un puente hacia la vida. Sí, hermanos y hermanas, en Pascua el destino del mundo cambió; y hoy, que coincide además con la fecha más probable de la resurrección de Cristo, podemos alegrarnos de celebrar, por pura gracia, el día más importante y hermoso de la historia.