Además, se puede ver cómo Cristo señala con su mano derecha las llaves en las manos de Simón, "como un recordatorio del episodio de la primacía de Pedro".
"La mano izquierda sobre una oveja nos recuerda que el Resucitado, según el Evangelio de Juan, confió a Pedro la misión de pastorear las ovejas de su rebaño (Jn 21,17)", señaló.
El arte sacro ocupa la mayor parte de la producción pictórica de Berzosa, que hace ya 23 años realizó por primera vez una pintura pública. Según explicó, en este tipo de arte "hay una necesaria lectura de pasajes evangélicos, iconografía, ver qué se ha hecho con anterioridad".
"Siempre busco que la pintura transmita mis creencias como católico al espectador de la obra, que haya una interacción, que la obra sea útil, es decir, no ver solamente una obra bella o una pintura que pueda ser fría, sino que esa belleza como dijo el Papa Benedicto XVI 'sea un camino para encontrar a Dios'", señaló.
También afirmó que "es una enorme satisfacción cada vez que en el Vaticano se tiene en cuenta mis pinturas, desde los libretos de las ceremonias del Santo Padre, a realizar algún encargo para ilustrar por ejemplo algún sello, algo que en un principio pensé puntual, se ha alargado en el tiempo".
Además, destacó que "como artista católico se puede decir que es una doble bendición el recibir un encargo del Vaticano, por un lado el trasfondo artístico y por otro el religioso".