Sea bajo el sol o bajo la lluvia, un sacerdote de 79 años acude constantemente a la puerta de un centro de abortos en Bogotá (Colombia) para rezar por la vida de los bebés no nacidos, y está dispuesto siempre a conversar con las mujeres para que no recurran a esta práctica.
Se trata del P. Van Allen Hager, miembro de los Misioneros de la Consolata, que llegó a Colombia hace unos quince años desde su natal Estados Unidos, donde ya había adquirido la convicción de rezar por el fin del aborto.
En conversación con ACI Prensa, el sacerdote contó que en 1996 se unió a las campañas de oración a favor de la vida de los no nacidos. Uno de los motivos que lo inspiró a participar es la historia de su abuela, quien quedó embarazada de su padre producto de una violación. “Ella decidió tenerlo en vez de abortar”, enfatizó.
Sobre su acercamiento al movimiento provida, el P. Van Allen Hager relató que esto ocurrió cuando su abuela trabajaba en Nueva Jersey (Estados Unidos), donde un día hubo una manifestación cerca de su casa.
“Yo no sabía nada del movimiento provida en ese momento, pero me fui a investigar y, por la gracia de Dios, empecé en 1996 a rezar regularmente en defensa de las víctimas del aborto”, afirmó.
Ahora el P. Van Allen Hager participa de la campaña 40 Días por la Vida que culminará el 2 de abril, Domingo de Ramos, y todos los días llega con una silla plegable para sentarse a un lado de la entrada de Oriéntame, uno de los varios centros de aborto que funcionan en el barrio de Teusaquillo, en Bogotá.