VATICANO,
Al recibir a los participantes en la XII reunión del Consejo Post-sinodal de la Asamblea Especial para Africa de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos –que se celebró en 1994 en el Vaticano–, el Papa Juan Pablo II afirmó que “los nuevos retos que debe afrontar el Continente exigen respuestas que sólo la puesta en práctica de ‘Ecclesia in Africa’ puede ofrecer”.
El Santo Padre explicó que desde 1994 el Consejo “ha alentado muchas veces a los obispos de Africa en el esfuerzo de llevar a la práctica las conclusiones del Sínodo contenidas en la Exhortación Apostólica Post-sinodal ‘Ecclesia in Africa’”.
“Efectivamente, al reuniros con regularidad podéis verificar los logros, proyectos y progresos de las Iglesias locales africanas, que son tan dignas de admiración y elogios porque las situaciones políticas y socioeconómicas que las rodean son todavía en su mayor parte trágicamente desfavorables, si bien hay algunos signos confortadores”, afirmó el Pontífice.
“Este continente –agregó el Papa– no parece conocer ni tregua ni paz duradera. A los conflictos internacionales se añaden los focos endémicos de lucha que siembran terror y devastación entre los pueblos que desean solamente vivir con una serenidad finalmente encontrada”.
Juan Pablo II se refirió a algunos de los azotes que afligen “Africa y a los africanos” como la pobreza, los grandes problemas sanitarios y educativos, el SIDA, la inseguridad debida a los conflictos y a la corrupción difusa.
Más adelante, el Santo Padre subrayó que toda la sociedad, y en especial la Iglesia, deben actuar de forma conjunta para resolver esos problemas. La Iglesia Universal –resaltó el Pontífice– ha recordado muchas veces a los líderes mundiales “las cinco prioridades para devolver a los africanos todo lo que les ha sustraído, a menudo con violencia: el respeto por la vida y la diversidad religiosa, la erradicación de la pobreza, el final del tráfico de armas, la solución de los conflictos y la acción para un desarrollo promovido por la solidaridad”.