El Papa Francisco explicó cómo debe ser una parroquia y compartió un recuerdo que lleva "en el corazón" del tiempo en que fue párroco en Argentina.
"La parroquia es un lugar bendito, adonde uno va para sentirse amado", resaló el Santo Padre durante la audiencia, llevada a cabo en el Aula Pablo VI en el Vaticano, con los fieles de la Parroquia de Rho de Milán.
"Quien toca la puerta de nuestras iglesias y nuestros ambientes busca, antes que nada, una sonrisa acogedora, brazos y manos abiertos, ojos deseosos de encuentro y cargados de afecto", continuó.
El Papa animó a acoger a los fieles de la parroquia no decirles a las personas que llegan que están "fuera de hora", ya que "la gente no se cansa de buscar y llamar, y no debemos cansarnos de abrir puertas y ventanas".
"Esta es la pastoral de una parroquia", resaltó el Papa Francisco.
"En una parroquia cada uno lleva su propio yugo para poderlo compartir con algún otro y aligerar el peso, pero también para compartir las cosas buenas que tiene", continuó el Santo Padre.