Marianistas crean "desconfianza brutal" en padres por no mostrar material de educación sexual

Contradicción, pedido de confianza y transparencia

Esta demanda fue contestada de forma contradictoria: La directora de Primaria primero alegó que "no hay un material, hay un programa, y eso es lo que estamos compartiendo", para poco después asegurar que "existen unas guías didácticas que tienen los profesores con unas indicaciones de trabajo".  

El presidente de la Asociación de Padres de Alumnos tomó la palabra entonces:

"Habláis de confianza, pero para que haya confianza tiene que haber transparencia. No se puede entender que un contenido que se comparte con nuestros hijos y los profesores no se comparta con los padres".

El director del centro reiteró que, a su juicio, la extensa disertación de Blanco era suficiente, lo que despertó protestas sonoras en la sala por parte de los padres. 

Una madre de tres alumnos expresó: "No siento que hayan explicado ni siquiera lo fundamental", y reclamó, además, detalles sobre quiénes imparten el programa y qué formación han tenido.

El religioso marianista pidió de nuevo un voto de confianza y lamentó que "alguno haya podido pensar que esto ha sido una maniobra de distracción", en referencia a la intervención de la directora pedagógica de los colegios marianistas en España.

A su juicio, las preguntas y demandas de los padres someten a "una presión tremenda" a los profesores. 

Sarto insistió en que próximamente se celebrará una reunión igual para Secundaria y volvió a negar la posibilidad de que los padres obtengan más información, arguyendo que, además, "el material está en continua revisión", lo que despertó ostensibles muestras de desaprobación por parte de los padres. 

¿Violencia de género?

Otro interviniente preguntó por el significado que los marianistas daban a la llamada violencia de género, contenido que, según lo explicado, se da a los alumnos de Primaria. La directora de esta etapa educativa aseguró que se manifiesta cuando "un compañero insulta a otra compañera". 

Turnos de palabra después una madre replicó: "Si vais a empezar a decir estas cosas a nuestros hijos, opino que esto se quede en cuarentena". 

A los padres: "No habéis escuchado atentamente"

Un padre de 4 alumnos agradeció la primera explicación a cargo de Belén Blanco, pero reiteró la petición de recibir los contenidos concretos y añadió: "Aunque como veo que no tenéis mucha intención (...), pediría que de manera preventiva se retirara, al menos provisionalmente, el programa".

En este punto, la directora de Primaria expresó que se sentía "perpleja" por la intervención y, dirigiéndose a los padres, indicó: "No puede ser que después de una explicación que creemos exhaustiva, la conclusión sea que no conocemos cómo se está trabajando el programa. Siento deciros que no habéis escuchado atentamente. Lo que no vamos a entrar es en un debate de 'yo he venido a esto, yo he venido a lo otro'".

"Esto no se convierte en una encerrona en la que yo cojo el micro y exijo", espetó a los padres más adelante. 

Las imágenes de la polémica

El origen de la polémica se encuentra en que más de 5.000 padres ya se han sumado a una campaña de la plataforma Educadores Contra el Adoctrinamiento alojada en el portal Hazteoir.org, que denuncia supuestos contenidos inadecuados del programa "Crea2 para amar".

Dicha campaña se basa en unas imágenes que los marianistas niegan que formen parte del programa. Su responsable, Belén Blanco, a preguntas de los presentes, admitió no obstante que "estas imágenes estuvieron durante un tiempo formando parte de una plataforma interna" en el periodo de creación del programa.  

Sin embargo, "no fueron validadas" por el comité de Dirección de los Colegios Marianistas de España, pese a lo cual se fueron difundiendo. 

Blanco defiende que el "fallo interno de comunicación" que supone la difusión de las imágenes se ha reconocido en público en junio del año pasado en el colegio de Valencia, el 17 de febrero en Ciudad Real y, a través de un comunicado general, el pasado 10 de marzo, del que ya informó ACI Prensa. 

Antes de concluir, Blanco prometió que "el año que viene se dará información más completa" y reivindicó el programa de educación afectivo-sexual que se imparte en los colegios marianistas de España: "No tenemos más que motivos para estar satisfechos del efecto que está teniendo en los colegios". 

"No hay lenguaje de la Iglesia"

Un padre de varios alumnos consultado por ACI Prensa tras la reunión considera que "no han dado mensajes claros. La gente no sabe qué van a dar en clase". 

Además, lamentó que, en el esquema general de contenidos que se presentó en una pantalla, "no hay lenguaje de la Iglesia, sino de la ideología de género. No veo ninguna palabra que recuerde a la Doctrina Social de la Iglesia".

La ideología de género es una corriente que considera que el sexo biológico no es determinante para la persona, sino que ella puede definir su orientación e identidad sexual de acuerdo a sus preferencias e incluso en contra de su naturaleza, algo que distintos gobiernos intentan imponer a través de la educación de los niños y jóvenes. 

En concreto, se pregunta por qué en el apartado referido a la dimensión ético-religiosa los contenidos enunciados son: "Violencia de género", "Abusos sexuales a menores" y "Discriminación a la mujer. Machismo".

Una madre de familia numerosa confirma a ACI Prensa que fueron reiteradas las peticiones de información concreta sin éxito, así como que se han negado a retirar el programa, ni siquiera de forma cautelar. 

"El director ha zanjado la reunión sin responder ni dejar hablar a muchos padres que habíamos pedido la palabra. Se han retratado", subraya. 

Otro padre de varios alumnos del centro marianista admite que los fundamentos presentados por Blanco "están bien hechos", pero corrobora, en conversación con ACI Prensa, que "hubo muchas protestas" y que reina la sensación de "indefensión" entre los padres. 

Además, lamentó que, al concluir la reunión, "todo el auditorio se quedó pensando: ¿por qué no nos dan explicaciones [sobre los contenidos concretos]?". 

Todo esto genera "una desconfianza brutal", concluye.