¿Por qué el Papa Francisco pidió a los salesianos que sigan amando “el fin del mundo”?

La Patagonia es comúnmente conocida como "el fin del mundo", porque queda en el extremo sur de Argentina y Sudamérica. Es, además, la región a la que San Juan Bosco mandó a sus primeros misioneros luego de tener una visión y un sueño profético.

Aquel grupo enviado por Don Bosco a evangelizar la Patagonia (1875) estaba encabezado por el P. Juan Cagliero, el primero de sus muchachos que después llegó a ser obispo y Cardenal. 

De acuerdo a los salesianos de Argentina, cuando Cagliero tenía 16 años (1854) enfermó gravemente de fiebre tifoidea.

En el momento en que Don Bosco fue a darle la Unción de los Enfermos, el cuarto donde estaban cambió. Las paredes desaparecieron y vio al joven en medio de una meseta con unas personas de rostro extraño que miraban al enfermo como pidiéndole auxilio. 

Cagliero, sin saber lo que pasaba, miró a Don Bosco y le indicó que se estaba muriendo, pero que estaba dispuesto a ello. A lo que el santo respondió:  "Juan, no te vas a morir; por el contrario, irás a tierras muy lejanas". 

El fundador de los salesianos más adelante identificó a aquellos personajes de la visión como nativos de la Patagonia.

Posteriormente, en 1872 Don Bosco soñó con la Patagonia y vio cómo sus salesianos, con el rosario en mano, evangelizaban a los indígenas de la zona, quienes antes habían matado a misioneros de otras órdenes.

Tras la llegada de los salesianos a este lugar, los frutos de santidad no se hicieron esperar. De los indígenas mapuches que habitan la Patagonia, pronto surgió el beato salesiano Ceferino Namuncurá (1886-1905), quien tomó como modelo a Santo Domingo Savio.

El beato enfermó de tuberculosis y Mons. Juan Cagliero lo mandó a Viedma (Patagonia), donde fue atendido por San Artémides Zatti. Con el fin de que se recupere del todo, Mons. Cagliero lo llevó a Italia, pero Ceferino murió en Roma.

Por otro lado, Mons. Juan Cagliero también conoció a la beata Laura Vicuña (1891-1904), quien vivió en Junín de los Andes (Patagonia) y fue alumna de las Hijas de María Auxiliadora, la rama femenina de los salesianos. Se dice que el obispo en alguna oportunidad confesó a la pequeña beata.

Los salesianos continúan hasta hoy con su misión evangelizadora en la región patagónica con numerosas obras al servicio de los jóvenes y más necesitados. 

El próximo 11 de noviembre se cumplirán 148 años de su primera expedición misionera a esta tierra del "fin del mundo".