Este domingo, antes del rezo del Ángelus, el Papa Francisco reflexionó sobre el pasaje evangélico en la que Jesús devuelve la vista a un ciego de nacimiento e invitó a los fieles si saben ver el bien y ser agradecidos por los dones recibidos.
Ante unos 25 mil fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice explicó que el milagro obrado por Cristo no fue bien recibido por varias personas y grupos.
"En primer lugar, están los discípulos de Jesús, que ante el ciego de nacimiento se preguntan si la culpa es de sus padres o suya", indicó.
El Papa Francisco señaló que "es cómodo buscar un culpable, en lugar de plantearse preguntas más exigentes, como, por ejemplo: ¿qué significa para nosotros la presencia de este hombre?, ¿qué nos pide a nosotros?".
Sin embargo, "una vez curado, las reacciones aumentan. La primera es la de los vecinos, que se muestran escépticos: 'Este hombre siempre ha sido ciego: ¡no es posible que vea ahora, no puede ser él!'.
También está la reacción de los escribas y de los fariseos, quienes objetan que haya sido sanado "en sábado, contra la ley". "Para ellos es inaceptable, sería mejor dejarlo todo como antes", dijo el Santo Padre.