La Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) publicó un comunicado en solidaridad con la ciudad de Rosario ante la situación que atraviesa en torno al narcotráfico y sus graves consecuencias en la sociedad.
Con el título "Las heridas del narcotráfico", el documento comienza recordando que, desde hace tiempo, los obispos argentinos vienen manifestando su conmoción. En especial, subrayan la contraparte del flagelo del narcotráfico: "Los rostros sufrientes de quienes están atrapados y condenados por una de las calamidades más grandes de estos últimos tiempos, como es el consumo y las adicciones a la droga.
La Pastoral Social de la CEA expresa también su preocupación por la expansión del "narconegocio" instalado en la Argentina. Y precisa que la comercialización y el consumo "se extienden a lo largo y ancho de nuestro país, con penetración muy fuerte en especial en los barrios más pobres".
Sobre el caso puntual de Rosario, se advierte la gravedad de "una escalada de violencia sin fin", y "episodios conmovedores" con víctimas fatales del crimen organizado.
En ese marco, alerta, vuelve a tener vigencia la sospecha de que esta situación "de desborde" cuenta con "la complicidad y la corrupción de algunos dirigentes", así como de "miembros de fuerzas de seguridad, funcionarios de la justicia y políticos", de quienes la sociedad piensa que "colaboran con los grupos mafiosos".
"También es funcional y cómplice quien pudiendo hacer algo se desentiende, se lava las manos y 'mira para otro lado'", considera.