Meghan Markle y el príncipe Harry, duques de Sussex, bautizaron a su hija Lilibet y se refirieron a ella por primera vez con el título de "princesa". Sin embargo, no se trató de una ceremonia católica.
Un portavoz de los esposos contó a GBNews que la hija de los duques de Sussex fue bautizada el viernes 3 de marzo por el obispo episcopaliano de Los Ángeles (Estados Unidos), el reverendo John Taylor, quien es miembro de la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos.
Esta denominación religiosa forma parte de la Comunión Anglicana, la cual no está en comunión con la Iglesia Católica.
Según la revista estadounidense People, el bautizo de la niña de 21 meses de edad, la segunda hija de la pareja después de su primogénito Archie, de 3 años, se llevó a cabo en una ceremonia íntima en su casa en Montecito, en el estado de California.
A la ceremonia asistieron aproximadamente 30 invitados y un coro de música góspel de 10 personas.
Ninguno de los miembros de la Familia Real asistió al Bautismo, pese a haber sido invitados por los duques de Sussex, aseguró una fuente a People.