El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, explica en su carta semanal que "la experiencia de la Cuaresma y de la vida cristiana no es una carrera interminable de obstáculos", sino una "preparación para la Pascua".
El Prelado señala que "la luz de la resurrección del Señor atrae nuestro corazón y nuestra vida, indicándonos cuál es la meta: ser transfigurados nosotros como Jesucristo, resucitar con Él a una nueva vida".
Esta existencia renovada a la que se refiere Mons. Fernández es una "en la que, superado el pecado, vivamos la gracia en plenitud" ante Dios y los hombres.
Por ello, durante la Cuaresma, "vale la pena cortar con nuestros vicios", determinarse a "no volver a pecar" y "ordenar nuestra vida según Dios", expone el Obispo de Córdoba, que añade: "La fuerza para esta decisión nos viene de la cruz y de la resurrección".
El Prelado comparte estas reflexiones a la luz del pasaje evangélico de la Transfiguración que se proclama en el segundo domingo de Cuaresma, y que también ha servido de referencia para el mensaje del Papa Francisco dedicado a este tiempo litúrgico en 2023.
Mons. Fernández resalta que el pasaje en el que Jesús sube al monte Tabor con San Pedro y San Juan, lo aprovecha la liturgia de la Iglesia "para indicarnos el camino de la vida cristiana y animarnos en la tarea de la ascesis y el esfuerzo por llegar a la cima".