El Papa Francisco recordó que la Cuaresma es un tiempo especial de conversión para "reconciliarnos con Dios", y animó a vivir estos días con oración, ayuno y limosna.
Así lo indicó el Santo Padre en la homilía de la Misa del Miércoles de Ceniza, que presidió en la Basílica Santa Sabina en Roma.
La Eucaristía, en la que el Pontífice presidió el rito de imposición de las cenizas, que él a su vez recibió de manos del Cardenal Mauro Piacenza, estuvo precedida por una procesión penitencial.
La procesión comenzó en la iglesia de San Anselmo all'Aventino, y en ella participaron Cardenales, obispos, los monjes de esta iglesia y los dominicos de Santa Sabina.
En su homilía, el Papa Francisco resaltó que "el rito de la ceniza nos introduce en este camino de regreso, nos invita a volver a lo que realmente somos y a volver a Dios y a los hermanos".
"La ceniza nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos, nos reconduce a la verdad fundamental de la vida: sólo el Señor es Dios y nosotros somos obra de sus manos", subrayó el Papa.