El Papa Francisco pronuncia la homilía de la Misa de Miércoles de Ceniza en la Basílica Santa Sabina en Roma. Crédito: Captura Youtube Vatican Media
Este 22 de febrero, Miércoles de Ceniza e inicio de la Cuaresma, el Papa Francisco presidió la Misa en la Basílica de Santa Sabina, luego de una procesión penitencial iniciada en la iglesia San Anselmo en el Aventino.
A continuación la homilía completa del Papa Francisco:
«Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación» (2 Co 6,2). Con esta expresión, el apóstol Pablo nos ayuda a entrar en el espíritu del tiempo cuaresmal.
La Cuaresma ciertamente es el tiempo favorable para volver a lo esencial, para despojarnos de lo que nos pesa, para reconciliarnos con Dios, para reavivar el fuego del Espíritu Santo que habita escondido entre las cenizas de nuestra frágil humanidad. Volver a lo esencial.
Es el tiempo de gracia para llevar a cabo lo que el Señor nos ha pedido en el primer versículo de la Palabra que hemos escuchado: «Vuelvan a mí de todo corazón» (Jl 2,12). Volver a lo esencial que es el Señor. El rito de la ceniza nos introduce en este camino de regreso, nos invita a volver a lo que realmente somos y a volver a Dios y a los hermanos.
En primer lugar, volver a lo que realmente somos. La ceniza nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos, nos reconduce a la verdad fundamental de la vida: sólo el Señor es Dios y nosotros somos obra de sus manos. Esta es nuestra verdad.