El descarrilamiento de un tren a principios de febrero en una zona rural de Ohio provocó una catástrofe ecológica de grandes proporciones, después de que materiales peligrosos ocasionaron un incendio masivo y una columna de humo que provocó evacuaciones generalizadas.
Según la Agencia de Protección del Medio Ambiente, el tren Norfolk Southern, con unos 150 vagones, se descarriló el 3 de febrero cerca de la localidad de East Palestine, a una hora al noroeste de Pittsburgh (Estados Unidos). Veinte de los vagones transportaban materiales peligrosos, entre ellos cloruro de vinilo, y se incendiaron.
Aunque todavía no se han registrado heridos como consecuencia del accidente, el 6 de febrero se llevó a cabo una "liberación controlada de gases tóxicos" que provocó la emisión a la atmósfera de una enorme columna de humo negro, según informó The Cincinnati Enquirer. Entre los gases liberados, se encontraba el fosgeno incoloro, un gas muy tóxico de fuerte olor que puede provocar vómitos y problemas respiratorios y que se utilizó como arma en la Primera Guerra Mundial, informó PBS Newshour.
La zona del accidente fue evacuada y, aunque las autoridades ya han permitido el regreso de los residentes, persisten las dudas sobre la calidad del aire y el agua cerca del lugar del accidente.
Mons. David Bonnar, Obispo de Youngstown, llamó a rezar por los afectados y señaló que la zona de evacuación incluía el territorio de una parroquia católica local.
"Las oraciones de la Diócesis de Youngstown están con todos los afectados y desplazados por el descarrilamiento del tren en East Palestine, condado de Columbiana. Reconocemos con gratitud los heroicos esfuerzos de los primeros intervinientes y de las agencias que han ayudado en esta difícil situación", dijo Mons. Bonnar en un comunicado el 5 de febrero.