A raíz de la petición de que diez obispos bolivianos declaren sobre su papel durante la crisis política de 2019, desde la Iglesia advierten que "nos quieren amedrentar", mientras líderes políticos acusan al Gobierno de persecución.
La Procuraduría General del Estado de Bolivia solicitó que se tome declaración a 10 obispos en el marco del caso "Golpe I", que investiga las implicaciones en el supuesto golpe de Estado de 2019.
La crisis política de 2019 culminó con la renuncia a la presidencia del país de Evo Morales, quien se había presentado como candidato por cuarta vez consecutiva, pese a que un referéndum en 2016 había prohibido la reelección.
Morales ganó las elecciones en un proceso cuestionado por organismos internacionales y con acusaciones de fraude. La crisis derivó en su renuncia y su pedido de asilo político a México, desde donde luego viajó a Argentina.
Tras la renuncia de Morales, asumió la presidencia de forma interina la política Jeanine Áñez.
Para el partido de Evo Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), al que pertenece también el actual presidente Luis Arce, se trató de un golpe de Estado.