Con motivo del acto de hermanamiento de los santuarios dedicados a Nuestra Señora de Guadalupe en España y México, el Papa Francisco ha explicado los tres significados atribuidos al nombre de esta advocación.
En una carta remitida al Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Francisco Cerro Chaves, el Santo Padre señala que "María, nuestra Madre, es siempre para su Pueblo vínculo de comunión" que trasciende épocas y lugares.
La de Nuestra Señora de Guadalupe es una "advocación milenaria que ya en su raíz etimológica nos habla de mestizaje, de encuentro con Dios y con los hombres", afirma el Papa, ya que no hay acuerdo sobre su origen árabe, latín o náhuatl.
"Lo que podría plantearse como un conflicto puede en realidad leerse como un guiño del Espíritu Santo que hace escuchar su mensaje de amor a cada uno en su lengua", defiende el Pontífice.
Así, del árabe, Guadalupe se entendería como "río oculto". En este sentido, el Papa llama a los pastores a "buscar siempre en el otro ese río oculto de gracia, ese Amor de Dios que lo hace un tesoro inestimable".
"Todo cambiaría si, como la Virgen, pudiésemos ver en el otro ese secreto oculto, cuántos fracasos y conflictos evitaríamos", incide el Papa.