VATICANO,
En la madrugada de este lunes 6 de febrero, un fuerte terremoto de magnitud 7,8 sacudió el sudeste de Turquía y el noroeste de Siria, dejando alrededor de 700 muertos y miles de heridos.
El gobierno turco ha decretado el nivel 4 de alarma y ha pedido ayuda internacional después de que más de mil edificios de varias provincias del sur de Turquía y norte de Siria fueran derribados por el fuerte terremoto pasadas las 2 de la madrugada.
Las autoridades informaron que el seísmo dejó al menos 500 muertos en Turquía y 230 en Siria. El número de heridos se estima en más de 2 mil, una cifra que lamentablemente no deja de ascender debido a las numerosas personas que se encuentran atrapadas entre los escombros.
Ante esta tragedia, son varios los que han pedido oraciones por las víctimas del fuerte terremoto.
El Obispo de Cartagena en Murcia (España), Mons. José Manuel Lorca Planes, aseguró que "la esperanza está en pedir a Dios por ellos y activar las ayudas por Caridad".